- Sirve: 10 Personas
- Tiempo Preparación: 25 minutos
- Tiempo Cocción: 90 minutos
- Calorías: 290
- Dificultad:
Medio
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El cheesecake japonés, también conocido como tarta de queso que tiembla, es uno de los postres más esponjosos y suaves del mundo. A diferencia del cheesecake tradicional, esta versión se caracteriza por su textura ligera y aireada, parecida a una nube, que literalmente tiembla al cortarla.
El secreto está en el batido de claras a punto de nieve y en la cocción lenta al baño maría, que hace que el pastel quede húmedo, tierno y con un sabor equilibrado entre dulce, ácido y cremoso. Perfecto para disfrutarlo solo, con frutas frescas o un toque de azúcar glas por encima.
Esta receta casera te enseñará cómo lograr ese resultado perfecto paso a paso, con ingredientes simples y resultados de pastelería profesional. Ideal para sorprender en casa o preparar en ocasiones especiales.
Ingredientes
Instrucciones
- Precalienta el horno a 160 grados con calor arriba y abajo. Si no tienes esta función, usa calor solo por abajo para evitar que se dore demasiado.
- Separa las yemas de las claras. Guarda las claras en la nevera mientras preparas la mezcla principal.
- En un cazo coloca la leche, la mantequilla, el queso crema y la mitad del azúcar. Calienta a fuego medio hasta que se derritan y la mezcla quede suave y sin grumos.
- Retira del fuego y añade la ralladura y el zumo de limón. Agrega las yemas y una pizca de sal, mezclando con suavidad.
- Tamise la harina y añádela poco a poco a la mezcla anterior, removiendo con una espátula hasta obtener una masa cremosa y homogénea.
- Bate las claras hasta que comiencen a formar espuma. Añade poco a poco el resto del azúcar y el zumo de limón mientras sigues batiendo, hasta obtener picos suaves (ni muy blandos ni demasiado firmes).
- Incorpora un tercio de las claras a la masa principal y mezcla con movimientos envolventes de abajo hacia arriba. Luego agrega el resto de las claras y repite con cuidado, sin batir demasiado para no perder el aire.
- Forra el fondo de un molde redondo con papel para hornear y vierte la masa. Usa un palillo para hacer pequeños movimientos en espiral y eliminar burbujas. Da unos golpecitos suaves al molde sobre la mesa.
- Coloca el molde dentro de otro más grande y añade agua caliente hasta cubrir un tercio del molde interno. Esto creará el baño maría.
- Hornea durante 40 minutos a 160 grados. Luego baja la temperatura a 130 grados y hornea otros 40 minutos.
- Apaga el horno y deja el pastel dentro con la puerta cerrada por 15 minutos. Después, saca el molde y deja reposar otros 10 minutos.
- Despega con cuidado los bordes con un cuchillo y desmolda. Sirve templado o frío. Verás cómo tiembla suavemente al moverse, y su textura es tan ligera que se derrite en la boca.
Consejo del Chef- Para lograr ese temblor característico, evita sobrebatir las claras y asegúrate de mantener el baño maría con suficiente agua caliente durante toda la cocción. Si deseas un toque diferente, puedes añadir unas gotas de esencia de vainilla o acompañarlo con mermelada de frutos rojos.
Cheesecake japonés o tarta de queso que tiembla
- Sirve: 10 Personas
- Tiempo Preparación: 25 minutos
- Tiempo Cocción: 90 minutos
- Calorías: 290
- Dificultad:
Medio
El cheesecake japonés, también conocido como tarta de queso que tiembla, es uno de los postres más esponjosos y suaves del mundo. A diferencia del cheesecake tradicional, esta versión se caracteriza por su textura ligera y aireada, parecida a una nube, que literalmente tiembla al cortarla.
El secreto está en el batido de claras a punto de nieve y en la cocción lenta al baño maría, que hace que el pastel quede húmedo, tierno y con un sabor equilibrado entre dulce, ácido y cremoso. Perfecto para disfrutarlo solo, con frutas frescas o un toque de azúcar glas por encima.
Esta receta casera te enseñará cómo lograr ese resultado perfecto paso a paso, con ingredientes simples y resultados de pastelería profesional. Ideal para sorprender en casa o preparar en ocasiones especiales.
Ingredientes
Instrucciones
- Precalienta el horno a 160 grados con calor arriba y abajo. Si no tienes esta función, usa calor solo por abajo para evitar que se dore demasiado.
- Separa las yemas de las claras. Guarda las claras en la nevera mientras preparas la mezcla principal.
- En un cazo coloca la leche, la mantequilla, el queso crema y la mitad del azúcar. Calienta a fuego medio hasta que se derritan y la mezcla quede suave y sin grumos.
- Retira del fuego y añade la ralladura y el zumo de limón. Agrega las yemas y una pizca de sal, mezclando con suavidad.
- Tamise la harina y añádela poco a poco a la mezcla anterior, removiendo con una espátula hasta obtener una masa cremosa y homogénea.
- Bate las claras hasta que comiencen a formar espuma. Añade poco a poco el resto del azúcar y el zumo de limón mientras sigues batiendo, hasta obtener picos suaves (ni muy blandos ni demasiado firmes).
- Incorpora un tercio de las claras a la masa principal y mezcla con movimientos envolventes de abajo hacia arriba. Luego agrega el resto de las claras y repite con cuidado, sin batir demasiado para no perder el aire.
- Forra el fondo de un molde redondo con papel para hornear y vierte la masa. Usa un palillo para hacer pequeños movimientos en espiral y eliminar burbujas. Da unos golpecitos suaves al molde sobre la mesa.
- Coloca el molde dentro de otro más grande y añade agua caliente hasta cubrir un tercio del molde interno. Esto creará el baño maría.
- Hornea durante 40 minutos a 160 grados. Luego baja la temperatura a 130 grados y hornea otros 40 minutos.
- Apaga el horno y deja el pastel dentro con la puerta cerrada por 15 minutos. Después, saca el molde y deja reposar otros 10 minutos.
- Despega con cuidado los bordes con un cuchillo y desmolda. Sirve templado o frío. Verás cómo tiembla suavemente al moverse, y su textura es tan ligera que se derrite en la boca.
- - Consejo del Chef
- Para lograr ese temblor característico, evita sobrebatir las claras y asegúrate de mantener el baño maría con suficiente agua caliente durante toda la cocción. Si deseas un toque diferente, puedes añadir unas gotas de esencia de vainilla o acompañarlo con mermelada de frutos rojos.
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